Resumen: En la apelación se confirma la sentencia impugnada que desestimó la oposición. Se razona al efecto que el cambio de circunstancias y los problemas económicos para el deudor cambiario derivados de la pandemia por Covid-19 no se encuentran regulados dentro de los motivos de oposición oponibles por el deudor cambiario.
Resumen: El actor sufrió un accidente laboral en 2014, con rotura de un aneurisma sylviano derecho de grado II, Fischer IV; aneurismas cerebrales múltiples; con alteraciones cognitivas y conductuales postraumáticas; hemianopsia homónima izquierda, y heminegligencia espacial izquierda, patologías por las que fue declarado en incapacidad permanente absoluta. En la fecha de solicitar la gran invalidez, por agravación de su estado, se objetiva que padece hemianopsia homónima izquierda y heminegligencia espacial izquierda, junto con un deterioro cognitivo leve y un trastorno orgánico de la personalidad. El actor es independiente para las actividades de la vida diaria, y el deterioro cognitivo secundario al daño cerebral padecido por el mismo es leve. También, en cuanto al trastorno orgánico de personalidad, se da por probado que es de larga evolución, y en el examen mental se reflejan los siguientes datos, entre otros: "consciente y orientado auto y alopsíquicamente. Abordable y colaborador. Actitud adecuada. No inquietud psicomotriz. Lenguaje fluido y espontáneo, respeta turno de palabra, discurso globalmente coherente. No suspicacia ni irritabilidad. Ánimo bajo e irritable referido. De dichos datos no se desprende la necesidad de colaboración de una tercera persona y tal conclusión no se desvirtúa, sin más, por el hecho de habérsele reconocido una situación de dependencia grado II ni una discapacidad del 75%, como tampoco por el hecho de acudir a un centro de día.